12.7.15

de profundis

[1854 - 1900]

... la vida carcelaria con sus infinitas restricciones y sus carencias nos hace rebeldes. Lo más terrible de ella no es que destroce nuestro corazón - los corazones fueron hechos para ser destrozados - sino que lo petrifique. Uno a veces siente que sólo protegido por una coraza de metal y un gesto de desprecio puede sobrevivir a la jornada, pero quien se encuentra en estado de rebelión no puede recebir la gracia, para emplear una frase predilecta de la Iglesia - justamente predilecta, diría yo - porque en la vida como en el Arte el ánimo rebelde obstruye los canales del alma y no deja penetrar en ellos los aires celestiais.

Oscar Wilde | 1897
Trad.: José E. Pacheco