Ficticias son las jerarquias y fantoches las desigualdades, no hay superhombres ni subhombres, no hay unos hombres convertidos en animales y otros ungidos por los dioses del Walhalla: de nada sirve el artificio cuando la esencia lo dice todo y expresa la verdad absoluta de la especie. Del SS, Albert Antelme escribe: «Puede matar a un hombre, pero no puede convertirlo en otra cosa.» Esta es la primera verdad que se descubre en el campo de concentracion, y es una verdad de naturaleza ontologica: la existencia de una sola y unica especie y la naturaleza esencial de lo humano en el hombre, enclavado en el cuerpo, visceralmente asociado a la carne, al esqueleto, a la piel y los huesos, a lo que queda de un ser siempre que aun lo anime un aliento, por debil que sea. La verdad de un ser es su propio cuerpo.
Michel Onfray
Traducción de Marco A. Galmarini