La hierba de la tumba nos cubrirá el año próximo.
Ahora estamos de pie y reímos;
mirando pasar a las muchachas;
apostando a caballos lerdos; bebiendo ginebra barata.
Nada tenemos que hacer; ningún sitio adonde ir; nadie.
El año pasado fue un año; nada más.
No fuimos más jóvenes entonces; ni más viejos ahora.
Nos arreglamos para lucir como jóvenes:
nada sentimos detrás de nuestros rostros, de un lado u otro.
Probablemente no estaremos del todo muertos al morir.
Jamás fuimos algo a lo largo del camino; ni siquiera soldados.
Somos los insultados, hermano, los muchachos desolados.
Sonãmbulos en una tierra oscura y terrible,
donde la soledad es un cuchillo roñoso contra nuestras gargantas.
Estrellas heladas nos observan, compadre.
Estrellas heladas y las putas.
K. P.