28.8.19

el fascismo


El fascismo depende en gran medida de la falta total de agencia para tomar decisiones dentro de la comunidad en general. Se nutre de un clima en el que la comunidad es despojada de su capacidad para iniciar una acción directa, expresar creatividad y desarrollar sus propias alternativas. Cualquier forma de solidaridad y lealtad dirigida a cualquier cosa o persona que no sea el Estado debe ser erradicada sistemáticamente, de modo que el ciudadano aislado e individualizado dependa del estado y sus instituciones policiales y sistemas de conocimiento.

Es por eso que uno de los pilares fundamentales del fascismo es el capitalismo, como sistema económico, ideología y forma de interacción social. En el sistema de valores de la modernidad capitalista, las relaciones humanas deben reducirse a meras interacciones económicas, calculables y medibles por intereses y ganancias.

Quizás lo más cabrón es que el fascismo nunca habría surgido de no ser por la esclavitud de la colonia más antigua de todas: las mujeres. De todos los grupos oprimidos y brutalizados, las mujeres han sido sometidas a las formas más antiguas de violencia institucionalizada. La visión de las mujeres como botín de guerra, como herramientas al servicio de los hombres, como objetos de satisfacción sexual y lugares para afirmar el poder en última instancia persiste en cada manifiesto fascista. El surgimiento del Estado, junto con la fetichización de la propiedad privada, fue posible sobre todo por el sometimiento de las mujeres.

Sin la naturaleza jerárquica y hegemónica del Estado, que monopoliza el uso de la fuerza, la economía, la ideología oficial, la información y la cultura; sin los omnipresentes aparatos de seguridad que penetran todos los aspectos de la vida, desde los medios de comunicación hasta el dormitorio; sin la mano disciplinaria del Estado como Dios en la Tierra, ningún sistema de explotación o violencia podría sobrevivir.

Dilar Dirik